El único pájaro atraviesa el
cielo de la ciudad vacía y silenciosa. Su vuelo es agitado, urgente, incierto,
trémulo, empavorecido. Nadie lo ve, ni personas, ni animales, ni otras aves. La
urbe está muerta y solo el ave vive. Y usted lee esta historia mientras el
abandono y el miedo ascienden como serpientes heladas por su espalda.
29 agosto, 2015
26 agosto, 2015
Senectud de los superhéroes
La
Mujer Maravilla estaba vieja, canosa y medio esquelética; le colgaba piel de
los antebrazos, enormes patas de gallo decoraban su rostro anguloso y colmado
de ojeras, manchas cafés y granos. Batman estaba obeso, la guata flácida
colgaba sobre sus piernas raquíticas esforzadas al máximo para sostener a el
pesado tronco; los ojos tras el antifaz se apreciaban enrojecidos y muertos.
Supermán estaba enjuto, roñoso, encorvado; los ojos hundidos en la calavera que
tenía por cabeza se complementaban bien con las escasas greñas que habitaban el
cuero cabelludo; el traje le quedaba grande, suelto, grotesco. Flash se movilizaba en una silla de ruedas
gracias al empeño de una enfermera rubia y rolliza. No me atreví a pedirles
autógrafo, di media vuelta unos metros antes. El cansancio y la nostalgia
brillaban en sus ojos apagados.
22 agosto, 2015
El recurso del ególatr
Léame a mí no más, no desperdicie
su tiempo. Ningún otro autor valdrá la pena, no lo compruebe por sí mismo. En
este paisito nadie ha escrito una historia interesante, apenas uno que otro
texto prescindible. Acá, bajo mi nombre –quizás debe decir marca- encontrará
oro puro. ¡Qué digo! Platino, esmeraldas, zafiro, perlas, diamantes, riqueza
incalculable. Tampoco espere vanamente que otro escritor pueda igualarme en el
futuro.
Ni siquiera soy el más grande,
sino el único.
19 agosto, 2015
Ateísmo 14
Nadie podrá superarte en el
diseño y la construcción de tu mejor infierno. Lo mismo vale para tu cielo,
pero es más difícil.
17 agosto, 2015
Causalidad y causalidad electrónicas
Se cortó el pelo y su correo
electrónico se borró. Recordó la historia de Sansón, pero la desechó como
explicación.
Se hirió el talón con un clavo
oxidado, soltó el computador y se hizo
añicos; perdió toda la información. Recordó la historia de Aquiles y -tras un
rato consagrado a las reflexiones- la desechó como explicación.
Por caminar en la calle hablando
por teléfono, tropezó y cayó sobre un madero aguzado que se clavó en un ojo, y
recordó la historia de Polifemo. La desechó, con dudas.
Como pudo, se incorporó, restañó
la sangre del ojo vaciado con un pañuelo y caminó vacilante, pensando cómo
conseguir un GPS. Cuando vio ante sí la enorme cruz, emprendió la retirada en desesperada
carrera.
14 agosto, 2015
El zombi ateo
Quiso
atacarnos el horroroso no muerto, pero lo paré en seco con un formidable golpe
en pleno pecho. Se encogió ante el impacto, como si le doliera. ¿Acaso sienten
dolor los zombis? Estaba fétido ya. Lo tomé de la garganta con repugnancia y
temí que se le fuera a desprender la cabeza. Por suerte aguantó.
-Dinos
cómo es el otro mundo. Qué viste allá –le propiné un par de cachetadas sobre su
verdosa cara con la finalidad de motivarlo.
-Nada,
nada –masculló- ¿Quieren que les narre historias de luces celestiales, ángeles
y babosadas similares? Son unos pelotudos. No hay dios ni cielo, idiotas. Esto
es todo. La única vida posterior a la que pueden aspirar es esta –se golpeó el
pecho con vanidad y volvió a doblarse por el dolor.
-Aquí
el único idiota eres tú –le separé la cabeza del tronco con un contundente
uppercut-, ahora sí que finalizaste. Buenas noches.
Esa
fue su despedida y epitafio.
-No
existe dios, ya lo escucharon –concluí-. Ahora echemos unos tragos, que la vida
es corta.
11 agosto, 2015
Antiutopía 1
El ácaro
mutante entró por su oído mientras D dormía, perforó el tímpano para abrirse
paso al cerebro. D aulló de dolor y saltó de la cama, desesperado. La molestia
pasó pero dejó su huella. D se acostó, inquieto. El ácaro inició su avance; con
sus quijadas filosas cortaba e iba devorando la materia gris. D había caído a
un pozo de sueños negros y profundos, sin escapatoria. Sus recuerdos se iban
borrando a medida que el ácaro realizaba su labor devastadora. Cuando al día
siguiente D abrió los ojos, el trabajo estaba hecho y el objetivo cumplido. Se
iniciaba una nueva era.
08 agosto, 2015
Vengador sucesivo
Lo atravesó con una certera estocada y murió ipso facto. El desdichado contendor se
derrumbó y el espadachín lo abrió en cruz. Por el tajo salió un hombre más
pequeño que el anterior. De inmediato se tornó belicoso y atacó al asesino de
su predecesor. El diestro esgrimista se apresuró a darle muerte y cuando -de
acuerdo a su inveterada costumbre- lo destripó, de su interior emergió un enano
furioso. Aunque menudo, el chico era de cuidado; con un salto se precipitó al
cuello del criminal, que aprovechó el momento para demediarlo con un solo
alfanjazo. Una vez más, de los restos mortales surgió un vengador tan furioso
como minúsculo.
Y así sucesivamente, hasta que el adversario
alcanzó el tamaño de un ínfimo mosquito. El espadachín no pudo asestarle ni un
solo golpe, y el ente microscópico se introdujo por el oído hasta el cerebro y
le ordenó cortarse en dos a sí mismo. Obedeció. No tenía a nadie más en su
interior.
05 agosto, 2015
Doble faz
Tenía un rostro por delante y
otro por detrás. La cara del frente era bondadosa, límpida, sonriente. La
trasera, abyecta, furibunda, artera. Ya ve usted, era una persona completamente
normal.
02 agosto, 2015
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